Es la vida quien se rie de nosotros, la que te mira y piensa “pobre desdichado, pobre perdedor” y tu la miras y dices “más pobre tu que eres mia”. Y es una lucha constante de odios y sueños perdidos hasta que te encuentras en el centro de todo y preguntas, “hasta dónde llegará esto?” y nadie te responde, “hasta cuándo terminará?” y nadie te responde, y es por que tu vida te ha abandonado.
Y luego piensas, “¿qué jodidos pasa?” y no entiendes nada porque nada tiene sentido, porque todos hablan y todos gritan al mismo tiempo y lo que oyes sólo son ruidos compuestos, son vocales, son cuerdas al aire, son notas, re, mi, fa, sol, sol, bemol sin aire. Una sinfonia.
Hey, tu guitarra te quiere decir algo.
Diminutos sostenidos vuelan de sus bocas y posan para ti, y se rien de ti, no es la vida ahora, son ellos, con sus patas torciditas, con sus ruidos mal formados, con sus ecos ingeniosos que te asustan.
Los ojos que miran no sólo miran, te buscan como si estuvieras ahí, como si pudieran verte, como si fueras real.
Te buscan pero no encuentran más que fantasmas, en tu higado, en tu páncreas, en tu cerebro, en tu corazón, el que se siente triste, el que llora por las mañanas, el que se calla por las maldiciones y gritos.
Y no te has dado cuenta pero es un hecho… has perdido la razón.
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